El Diego tuvo largos años de historia guiado solo por varones. Es la profesora Ivonne Araya la primera mujer que ingresa a educar y a evangelizar desde las salas de clases. Pronto se uniría Nancy en Secretaría y un enorme grupo de mujeres que fueron transformando nuestra comunidad y conduciendo hacia tiempos de progreso.

Quienes animan Tutorías saben que son mujeres las que sostienen a las familias de nuestros estudiantes. Muchas veces más allá de lo económico, colocando hombros a un hogar. Si no está una mamá… comenzamos a conocer a alguna abuelita que saca adelante a un nieto, cobijando desde el amor más incondicional.

El año 2020 vimos cómo nuestras colegas tuvieron que compatibilizar trabajo y casa. Muchas transformaron mesas del comedor en escritorios, mientras acompañaban a un hijo en tareas. Como comunidad agradecemos la presencia y vocación de nuestras compañeras de trabajo. Educan, siembran en nuestros alumnos el cómo comportarse con mamás, pololas, hermanas.

Aún estando en medio de tecnologías y adelantos que el ser humano fue instalando y que hacen parecer que vivimos con las más grandes comodidades, aún hay mujeres que sufren violencia, que callan malos tratos, que en importantes empresas pueden ganar menos que sus compañeros varones.

El año 2020, iniciando un nuevo periodo escolar, la conmemoración fue protagonizada por nuestras compañeras de trabajo. En el patio de Educación Media se desplegaron y, ante la mirada atenta de nuestros estudiantes, dejaron fluir un mensaje. Quiso una pandemia que no pudiéramos en los siguientes días y semanas analizar ese mensaje, dialogar sobre las poleras y los conceptos que estas contenían.
Que Dios acompañe a cada mujer que entrega vida en el Diego. Docentes, Auxiliares, Administrativas. Son ustedes el rostro tierno de misericordia, la luz de un faro que ayuda cuando hemos perdido el camino, constructoras de puentes. Gracias por ser parte de nuestra Misión.