El mes de junio nos permitió vivir en comunidad, lo cual se plasmó con pasión durante los partidos que Chile vivió en la pasada Copa Confederaciones. Pudimos organizarnos, gritar, festejar, sentirnos parte de un país desde nuestra cuadra llamada Diego Echeverría. Qué sentido
tomó la frase “Un solo Corazón y un Mismo Espíritu”.

Luego, los festejos propios del fin de semestre también nos llevan a un valor propio del mundo marista y que dice relación con la Presencia como centro de la vocación. ¿Cuánto transforma al profesor y cuánto transforma al estudiante una actividad tan sencilla como un campeonato de tenis de mesa donde todos participan y se reúnen desde la comunidad que conlleva un curso?

¡Y los premios! La Semana Champagnat implica alianzas, competencias, gritos, banderas y lienzos, colores, deportes…. Todos aportando desde los talentos. En este contexto, este año la Alianza ganadora de la actividades maristas del Bicentenario fue la VERDE.

¿Qué nos dejó Junio? Nos dejó a un Marcelino en los patios, en la alegría de convivir. Nos dejó colegios en sintonía con el Espíritu de Familia propio del carisma.