Los Cuatro colegios maristas de la Diócesis se dieron cita en el Santuario de la Purísima de las Cuarenta Horas de Limache, con motivo de celebrar fra-ternalmente los doscientos años de vida de la Congregación de los Her-manos Maristas. Fue una actividad en donde se reunieron cientos de per-sonas en torno a la Mesa del Señor, para agradecer por el sueño de Champagnat, por nuestra vocación, por la invitación que nos hiciera el Señor Jesú8s a seguirlo a través de este ministerio, para educar a niños y jóvenes según su Evangelio y conducidos amorosamente por su Madre, María; para comprometernos con el abandono en sus brazos, como un niño se confía de su mamá, sin temor alguno; y a perdonar por tantas faltas cometidas con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con Él. Los tres conceptos que nos pide el Superior General en este tiempo de celebración, de alegría: agradecer, comprometerse y perdonar. El Señor, en su infinita misericordia, nos permita cumplir este deseo comunitario y presentárselo al Padre.
La Eucaristía estuvo presidida por nuestro Padre Obispo, don Gonzalo Duar-te, quien en parte de su homilía dejó sentado que el Espíritu Santo visitó a Marcelino Champagnat, iluminándolo para crear esta fantástica obra a lo largo y ancho del mundo, que tiene como base el amor, el amor a los niños y a los jóvenes, y a todo por igual. Agradecemos esta oportunidad, es-pecialmente a las familias de los cuatro colegios que se hicieron presentes en Limache, para demostrar nuestra alegría de estar juntos celebrando la venida del Espíritu Santo a nuestra Gran Familia Marista.